Por la tarde Emilia, Javier y yo fuimos a nadar en el río Tajo. El camino era más largo de lo que habíamos pensado y ya era tarde. Por eso no fuimos al lugar donde estuvimos el primer domingo de mi estancia aquí, porque se tiene que andar una hora hasta que está el río.
Fuimos a una playa cerca de la carretera. Aquí el agua era profunda y pudimos nadar muy bien. Después descansamos un poco en la playa. Volviendo a casa cogimos agua de la fuente de Alique. Cenamos en la plaza y encontramos a muchos amigos. Nos quedamos aquí hasta casi las doce.
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